Todos los científicos discutían acaloradamente, cada quien defendía su teoría, que bien podría ser llamada su religión por el valor que daba a las vidas de cada uno de ellos: era su único valuarte. Las teorías de los científicos les hacían sentir vivos, omnipotentes, sabios y eternos; pero tenían que esperar a que lo que postulaban fuese cierto, comprobable, de lo contrario sería demasiado tarde ya para anclar su vida en otro mar y entonces nada les devolvería las ganas de vivir, no habría ni sonrisas ni alegría en sus existencias, estarán muertos en vida.
Sábado 25, noviembre del 3511. El Última Frontera está ya en posición y en pocos días habrá de inaugurarse el sistema Creación Primera, último proyecto en que participó “el Creador” aunque en poca medida. La Humanidad muestra euforia y alegría por encima pero en el fondo está llena de arrogancia y soberbia. Dios ha sido depuesto de su sitial, ahora lo ocupa el hombre.
Transcurrían los primeros días del año 3512 y todos los habitantes del planeta alzaban su mirada al cielo en aquellas noches tenuemente iluminadas por los satélites linterna. El observar el cielo hace nacer en el humano de estos días sentimientos entremezclados de admiración, de duda, de omnipotencia, de pena por el cosmos, siente que le arrancaría a este su último secreto: su forma y su medida. La “casa” será entonces completamente conocida. Amo podrá ya proclamarse.
Los días seguían sucediendo, El Creador había encontrado algo que para él era sumamente interesante, era un grupo de grabados, papiros, tablillas, códices y reliquias de milenarias culturas, diferentes todas ellas y sin embargo parecían completarse unos a otros, algo así como un rompecabezas de la vieja sabiduría universal, todo aparentemente coincidía, una vez dispuestos en lo que aparentemente era el orden correcto, mostraban diferentes etapas del progreso humano, hasta llegar a una, la última serie de grabados, que al parecer de El Creador mostraba similitud con lo que estaba ocurriendo en esos días en la Tierra, en el año 3512. Al final de ese último grabado había algo escrito en un arcaico lenguaje, entender lo que decía será lo que ocupará en cuerpo y alma a El Creador, el hombre que antaño regeneró al planeta, su nueva faena ha de ser también muy importante, muy trascendente.
Miércoles 5, junio del 3512. Este día El Creador pudo por fin entender el significado completo de lo escrito en los viejos y gastados trozos de arcilla ocre a los que dio tanta atención creyendo que en ellos encontraría la respuesta a su incógnita, sin embargo, al descifrar el significado, sus interrogantes se hicieron aún más abrumadoras, pues el mensaje era:
“En el final de los tiempos, cuando la raza humana esté en la cumbre, en los fatuos días de gloria, tened los sentidos alerta y prestad atención a todo lo que suceda, pues una obscuridad aparentemente momentánea que ocurrirá en el punto más glorioso de la raza humana y sus hijos, no será momentánea solamente. Tened ojos y alma bien abiertos, han vivido el ciclo de un día, más la noche se aproxima, la noche en que se dilatarán por última vez sus pupilas...”
El gran día ha llegado, el Creación Primera será por fin inaugurado. Es una réplica a escala del Sistema Solar que en la tercer órbita tiene también un planeta apto para poder engendrar o adoptar vida.
La pregunta era entonces si dadas las condiciones iguales a las existentes en la Tierra, la evolución de la vida sobre la "Tierra" del Creación Primera sería igual o diferente.
Mas el dilema básico consistiría en decidir la utilización que habría de darse al Creación Primera, el cual podría ser utilizado con fines científicos, industriales o ambos.
Mas el dilema básico consistiría en decidir la utilización que habría de darse al Creación Primera, el cual podría ser utilizado con fines científicos, industriales o ambos.
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